Que los
medios de comunicación son instrumentos que se usan para informar a la sociedad
sobre lo que está pasando no nos llama la atención lo más mínimo, pero sí lo
hace la tendencia, cada vez más notable, que la sociedad tiene de relacionarlo
con un elemento de manipulación y control de las opiniones de las personas. En
numerosas ocasiones asistimos a increíbles abusos de sensacionalismo, perdiendo
la objetividad que debería premiar en este sector.
Cada vez más se demanda a este sector que ofrezcan informaciones más detalladas
y con menos elementos subjetivos, que se centren en los hechos y no en
suposiciones ni puntos de vista de aquellos que las ofrecen. Y esto se da en
todos los sectores de la información: economía, noticias internacionales (donde
prácticamente se tratan siempre los mismos países, omitiendo al resto),
política,…
Se acusa
a los medios de ser quienes fomentan la distracción de las audiencias como
medio de control sobre aquellos temas que podrían despertar su interés, creando
algún conflicto con los propios intereses del medio de comunicación. Por lo
tanto, tener una audiencia distraída es una garantía de poder controlar sin
problemas sus intereses, logrando ocultar noticias de gran interés que pasan
desapercibidas para la sociedad, en beneficio de sus protagonistas.
Rubén
Ciudad Sesmero y Andrea Gálvez Gavilán
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