La bloguera Crystal Cox acusó de fraude al co-fundador de la empresa Obsidian Finance Group, Kevin Padrick, en varios blogs de Internet. Por ello, la empresa la denunció, y un juzgado de Portland la condenó a pagar 2,5 millones de dólares.
El problema
radica en que, semejante penalización va enfocada a la posición laboral de Cox,
bloguera independiente, y no a si la información difundida por ella es o no
cierta.
El juez no tuvo
en cuenta las alegaciones que hizo la bloguera, quien afirmaba tener pruebas
que demostraban sus palabras y que le había facilitado un miembro de la empresa
cuyo nombre no podía revelar para proteger su anonimato.
Por su parte, Crystal anunció que recurriría la
sentencia y seguiría llevando a cabo su autodefensa.
Este suceso abre un interesante debate en la sociedad,
y sobre todo, en el mundo de Internet: ¿Es más importante quién da la información,
o la información por sí misma?
Rubén Ciudad Sesmero y Andrea Gálvez Gavilán
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