domingo, 12 de febrero de 2012

OPINIÓN DE LA SOCIEDAD VS MEDIOS DE COMUNICACIÓN



Crisis económica. Algunos puntos para entender el por qué
Para poder comprender el tema que vamos a desarrollar y analizar, partiremos de una breve introducción para situarnos.
En nuestro país llevamos padeciendo durante varios años los efectos de una crisis económica que muchas personas, aún hoy día, no saben cómo comenzó, ni a quien deben realmente exigir responsabilidades.
Partiendo de la base de que el gobierno ha dado durante todo este tiempo más de una versión sobre el origen de esta crisis, no es extraño comprender que se haya generado una situación de confusión que lleve al ciudadano a dejarse llevar, a mantenerse a la expectativa de nuevos datos como un simple peón del juego, sin llegar a disponer de la información que sería vital para tener una idea fundamentada y con una buena base.

Una de las versiones que el gobierno difundió como el verdadero motivo de la crisis española, fue la consecuencia derivada de las hipotecas “subprime” de EEUU, que debido a nuestra relación con dicho país han precipitado en ese efecto contagio que ya ha alcanzado la calificación de “crisis económica mundial”.
Los ciudadanos que reciben ese mensaje, tienden en su mayoría a culpar de esta situación a los americanos, ya que se les ha colocado en el punto de partida de esta situación. Pero si indagamos un poco más y profundizamos en la cuestión, observaremos que este no es un tema que se genere por un caso concreto, no tiene un único origen.
Hay que conocer todos los factores que han intervenido, en mayor o menor medida, en este desenlace, en la aparición de esta crisis económica, ya que solo así tendremos la opción de llevar a cabo juicios fundamentados, sólo así podremos tener los conocimientos necesarios para tomar partido y exigir responsabilidades.
Dentro de nuestras fronteras, uno de los sectores que más ha facilitado esta situación ha sido el de la construcción. Este sector ha sufrido las consecuencias de esa burbuja inmobiliaria que durante años sirvió de negocio rentable a las empresas constructoras, a los bancos que facilitaban préstamos de un dinero que realmente “no existía”,… y así sucesivamente. La subida continua de los precios hacía que su valor aumentara. Al mismo tiempo, las personas necesitaban pedir préstamos mayores a los bancos para poder comprar sus casas. El banco, prestaba ese dinero contando con los beneficios que recibirían de los intereses, y llevando a cabo ese “juego de los bancos” para lograr aún mayores beneficios. Hasta ahí, todo funcionaba relativamente bien, sin que nadie se parase a pensar en el riesgo que estaban corriendo al aumentar la cantidad de dinero “especulativo” que en algún momento podría ser solicitado por los ciudadanos que en un primer momento lo habían depositado en el banco.
El ciudadano cuando va al banco, deposita su dinero y obtiene de ese depósito unos beneficios, ya que el banco usará ese dinero para poder invertir y obtener una rentabilidad, que será su beneficio. Al mismo tiempo, el banco invierte ese capital en proyectos, acciones,… que le otorgan unos intereses, y ese dinero es invertido nuevamente en otros campos, y así sucesivamente.
El grave problema radica en que, cuando las personas desean retirar sus ahorros en un momento puntual, puede llegar a desestabilizar el sistema, ya que con todas esas transacciones que se han hecho, el dinero con el que se cuenta es muchísimo más elevado que el dinero líquido disponible realmente. Es decir, que el dinero que se ha depositado en los bancos es muchísimo menor que el que estos han producido con las operaciones. Han aumentado la cantidad de dinero “teórico”, pero ese dinero no existe de forma física, por lo que si las personas perdieran la confianza en el sistema y desearan retirar sus fondos, se encontrarían básicamente con un cartel del tipo: “No disponemos de efectivo para devolverles el dinero”.
Este es uno de los puntos débiles del sistema económico actual.
No obstante, de la cantidad que ingresan los usuarios, los bancos destinan a la inversión una parte, y otra la mantienen como “encaje bancario” para garantizarle al cliente la disponibilidad de su dinero en un momento dado, es decir, los bancos no “juegan” con el 100% de nuestro dinero, sino que mantienen una reserva destinada a nuestras necesidades, solicitud de una cantidad determinada de nuestro dinero, etc.
Pero no sólo los bancos han hecho que la situación económica de nuestro país cayera. Hay sectores como el turístico y el automovilístico que han contribuido, en mucha menor medida, a pérdidas de dinero. La reducción en la demanda de vehículos y en el turismo han provocado pérdidas millonarias y muchos puestos de trabajo han sido destruidos.
También es importante tener en cuenta que hay países que se han vuelto más competitivos en algunos campos que el nuestro, como por ejemplo Alemania, lo que ha llevado a España a tener una menor participación en exportación/importación, y por ello, a obtener menos ingresos de otros países.
En toda crisis hay que tener presentes los recursos que cada país ofrece y compra a los demás, ya que eso muestra la situación ventajosa o desfavorable que tiene ese país respecto al resto del mundo. En nuestro caso, somos un país altamente dependiente de combustibles sólidos como el petróleo, que es importado de otros países. Esta dependencia de recursos que son vitales en nuestra sociedad, hace que en gran medida, nuestra economía esté condicionada de las condiciones que se establezcan en la compra de esos productos, ya que no podemos prescindir de ellos, por lo que será el país que disponga de ellos quien tenga una ventaja sobre los demás y quien marque la diferencia.
Al disponer de menos dinero los bancos, en la actualidad ofrecen muchos menos créditos a pequeños/medianos empresarios y familias, por lo que estos tienen aún más problemas para poder montar su negocio, y por tanto, la economía queda estancada. Si los empresarios no pueden obtener dinero para invertir en su campo, el comercio no crecerá, y por lo tanto no se generará riqueza que pueda destinarse a nuevos proyectos, y así continuamente.
La situación de crisis actual se ve agravada por el constante y creciente aumento de población en paro, el aumento de los despidos por empresas que, bien no pueden mantener a toda su plantilla, bien aprovechan esta situación para recortar gastos reduciendo su personal y así mantener su margen de beneficios.
Al destruir puestos de trabajo se está dando un paso adelante para ahondar aún más en esta crisis.
Podemos encontrar muchas otras causas que, por separado, no habrían derivado en esta situación, pero que de forma conjunta, y añadiéndole los problemas económicos que se han generado en otros países de la eurozona, desembocan en la realidad contra la que luchamos actualmente, una crisis mundial que aún no tiene fecha de finalizar.
Los medios de comunicación y su papel con la sociedad
Esta es la grave situación que vivimos a día de hoy, pero mucho más grave es el tratamiento que muchos medios de comunicación están haciendo de ella.
Los medios de comunicación, ese sector que se creó para poder informar a la sociedad de las noticias y sucesos más importantes que se generaban a diario, en muchas ocasiones han optado por un papel de enorme pasividad ante este problema. Mientras que en algunos medios de comunicación la palabra “crisis” estaba presente en cada noticia, en cada contenido, en otros apenas era mencionada, como si no fuera una situación de crisis “real” o lo suficientemente importante como para informar de ella extensamente.
Los ciudadanos, a diferencia de los periodistas que suelen tener acceso a ciertas informaciones privilegiadas para poder llevar a cabo su labor e investigaciones, tan solo pueden conocer la situación del país acudiendo a ellos para informarse. Si los periódicos son elegidos como los “ojos del ciudadano” para poder indagar y descubrir su origen y a los responsables, y estos optan por una actitud poco activa, el ciudadano está condenado a permanecer en la ignorancia.
Este poder que tienen los medios tiene un lado positivo y un lado negativo, por lo que deberían plantearse con mucho cuidado qué papel van a jugar en esta situación:
* Por un lado, los medios pueden optar por no informar apenas sobre el desarrollo de la crisis, los puntos que se van reformando para paliar sus efectos, reformas,… para dar un clima de supuesta normalidad y evitar generar una alarma social que empeore la situación aún más. Al mismo tiempo, están consiguiendo mantener a la sociedad controlada para su propio interés, algo que muchos denominarían “manipulación”.
*  Por otro lado, pueden optar por la posición contraria, ofrecer extensa información sobre todas las medidas que el gobierno tome, sus consecuencias, a quienes afectan, recortes,… para mantener al ciudadano informado en todo momento de cómo se está desarrollando la crisis. Este posicionamiento cuenta con la ventaja de que el ciudadano puede sentirse satisfecho ya que recibe información sobre lo que está sucediendo en el país, pero al mismo tiempo juega un papel negativo, ya que el exceso de información sobre algo tan negativo como la crisis, lleva al lector a una situación de agotamiento y desamino que podría hacer que dejara de acudir al medio para informarse. La saturación de información acabaría quemando al lector.
Indignación entre los ciudadanos

Los medios de comunicación españoles, en concordancia con su degradación y alejamiento de la democracia en las últimas décadas, se han cubierto de vergüenza y degradación por el papel que han desempeñado en la gestación y explosión de la actual crisis. Han silenciado el desastre creciente de la economía, han tapado las mentiras, carencias y errores del gobierno y han proyectado hacia la sociedad una imagen de normalidad y de fiesta que ha impedido a los ciudadanos ser conscientes de que eran conducidos hacia el abismo por una "casta" política ineficiente, arrogante y tramposa. 
Han tenido que llegar las denuncias veraces y solemnes de grandes medios internacionales para que los españoles tomen conciencia del desastre económico de su país. Gracias a The Economist y Financial Times supimos que Zapatero fue “un inmaduro que no dio la talla” y que “España, bajo su mandato, se dirigió hacia el abismo”.
Casi la totalidad de los grandes medios españoles han mentido u ocultado la verdad, que también es mentir, traicionando su deber de informar con veracidad, olvidando su obligación de defender a los ciudadanos y a la democracia y actuando como cómplices de los políticos y de los poderosos que han arruinado y hundido a España. 
Los políticos, los grandes culpables del desastre español, eran y son, sin merecerlo, las estrellas rutilantes de la prensa, la radio y la televisión. Ver un telediario significa contemplar un desfile brillante de políticos poderosos que exhiben poder y que parecen gobernar una nación con tino y sin traumas, cuando la realidad es que son mediocres que conducen su país hacia el matadero. 
Si los medios han olvidado la obligación de informar verazmente, peor todavía ha sido el incumplimiento del deber democrático de vigilar, fiscalizar y criticar a los grandes poderes, en especial, al gobierno. Los medios españoles, sometidos y muchas veces "empalagosos" ante los poderosos que contratan publicidad, han soportado y difundido la mentira del poder, elevada al rango de método de gobierno, han ocultado el endeudamiento suicida de España, han escondido la corrupción, silenciando que infecta al Estado hasta la médula, han desviado la mirada ante los privilegios indecentes de la "casta", la marginación de los ciudadanos de los procesos de toma de decisiones y otros muchos desmanes y errores que nos han conducido hasta el dramático momento actual, en el que España es ya el gran enfermo de Europa, un país poco fiable, incapaz de adoptar las medidas que necesita con urgencia y en riesgo auténtico de quiebra. 
Pocas líneas y pocos espacios en los medios para cubrir el gran drama del avance de la pobreza. Insuficientes espacios para destacar el terrible sufrimiento de los millones de parados, las grandes víctimas de la ineficacia del poder, a los que ni siquiera se les ha asegurado el derecho fundamental a vivir con dignidad. Los medios han dejado de mirar hacia el ciudadano y han concentrado su atención en la "casta" que controla el Estado, de la que esperaban y muchas veces obtenían, dinero en forma de publicidad, concesiones de frecuencias y canales audiovisuales, filtraciones y muchas otras ventajas, algunas de ellas inconfesables. 
A cambio, esos medios han contribuido activamente a la manipulación de los ciudadanos por el poder, han convivido con la mentira, se han alejado de la verdad y han convertido al ciudadano, que es el aliado natural de la prensa libre en democracia, en la presa a la que se ha engañado y narcotizado. 
Como consecuencia de esas traiciones, el ciudadano está dejando de leer periódicos y hasta la televisión ha sentido en sus propias carnes el descenso de una audiencia que se refugia en Internet para encontrar allí la verdad y la decencia informativa que ya no encuentra el los imperios mediáticos. 
Como consecuencia de la traición, el periodista es, junto con el político, el profesional más desprestigiado de la España del siglo XXI. Hace apenas dos décadas, políticos y periodistas eran considerados como los grandes héroes de la democracia, pero hoy son señalados, con toda justicia, como los grandes traidores, unos por haber hundido la democracia, transformándola en una sucia oligocracia de partidos, y los otros por poner la información al servicio de los partidos y haber actuado como cómplices de los políticos en el mal gobierno, el engaño, la manipulación y la corrupción del sistema. 
El papel de los medios sigue siendo vergonzoso y traidor al ciudadano, incluso en el difícil presente de España. Los medios, como los políticos, saben que el futuro de España está plagado de amenazas, dramas y sacrificios, pero lo ocultan. No dicen que los sueldos tendrán que bajar, que las pensiones también descenderán, que nos jubilaremos más tarde y que volveremos a ser un país pobre, salvo que consigamos cambiar nuestra sociedad como un calcetín e impongamos en nuestra miserable cultura el esfuerzo, el respeto, el sacrificio, la decencia y otros valores que los políticos, con la complicidad de los medios, han asesinado en las últimas décadas. 
Ni siquiera se hacen eco del grito ciudadano que exige a los políticos que rebajen sus sueldos y renuncien a privilegios y ventajas que no merecen y que, además, en tiempos de crisis, son obscenos. 
El silencio de los medios ante realidades tan españolas como la injusticia, la desigualdad y el asesinato de la democracia es de una indecencia inmunda. 
Pero el asunto en el que la traición de los medios ha sido más vil y sucia es en la degeneración de la democracia española, convertida a espaldas de los ciudadanos en una vulgar dictadura de partidos políticos. La democracia le ha sido arrebatada al ciudadano y ha desaparecido de
España sin que los grandes medios hayan dicho ni una sola palabra al respecto.  La prensa, cuyo papel en democracia es informar con veracidad y fiscalizar a los grandes poderes, sobre todo al Estado, está comprada, alineada con alguno de los grandes partidos y acostumbrada a mentir y a difundir "la verdad del poder", que es diametralmente diferente a la "verdad". 
La prensa cómplice y cobarde es, después del inmenso fracaso de la "casta" política, el mayor drama de esta España actual, colocada al borde del precipicio por un gobierno incapaz y por partidos, tanto de derecha como de izquierda, que han traicionado al ciudadano y a la nación, anteponiendo sus intereses y privilegios al bien común. 

El caso de la bloguera estadounidense Crystal Cox

Durante el transcurso del curso y la realización de las diferentes noticias que hemos ido publicando en el blog de clase, uno de los casos que más nos ha impactado, por nuestra relación con esta forma de comunicarnos con los usuarios de Internet, es el caso de Crystal Cox.
 Se trata de una bloguera estadounidense que ha sido condenada por la Corte de Portland en el Estado de Oregón, Estados Unidos, a pagar la cantidad de 2,5 millones de dólares por algunas de las publicaciones que había llevado a cabo y por las que fue acusada de difamación.
Este caso nos ha sorprendido enorme y negativamente debido a la escandalosa cantidad de la sanción que se le exige pagar a Crox, sin tener en cuenta que no se trata de una periodista y que una de las ventajas que ofrecen los blogs es que los propios usuarios puedan dar opiniones sobre aquello que les despierte interés, siempre dentro de unos límites. A nuestro parecer, no es justo que una persona, por el hecho de ser periodista, goce de ciertos privilegios y reconocimientos a la hora de realizar su labor de informador, mientras que, personas que realizan funciones similares, carezcan de esa “protección”.
La bloguera Crystal Cox escribe en diferentes blogs dedicados a asuntos legales. Durante el ejercicio de su trabajo, fue denunciada por la empresa Obsidian Finance Group, acusada según ellos de difundir contenidos críticos sobre la empresa y sobre su cofundador, Kevin Patrik.
Durante el juicio que posteriormente daría la razón a la empresa, Cox se defendió alegando que su post sobre Obsidian era verídico, alegando que no se trataban de opiniones personales de la propia bloguera, sino de datos que provenían de sus fuentes.
El hecho de que se tratara de una bloguera independiente y no de un periodista afiliado a una empresa, hace que Cox carezca de esa protección legal que los periodistas gozan, simplemente por serlo. Este punto nos parece muy interesante, ya que se está valorando más el punto de quién dice la información y no la información que se da en sí. En nuestra opinión, tanto para el periodista como para el bloguero, a la hora de dar una información hay que seguir unas pautas previas para poder confirmar los datos y ofrecer contenidos basados en la realidad y no en rumores o inventos de terceras personas. Por lo tanto, si periodista y bloguero realizan ese análisis de fuentes y confirman que la información es verídica, ¿por qué el hecho de que lo cuente un periodista hace que sea tomado como algo cierto, y el que lo haga una bloguera hace que se considere una difamación?
La condena de los 2,5 millones de dólares que se le obliga a pagar a Crystal Cox se derivaría de los costes del juicio, ya que la bloguera no reveló ante el juez la fuente que le proporcionó la información que finalmente publicó. En este caso observamos de nuevo la diferencia que hay a la hora de informar entre un periodista y un bloguero. El periodista goza de la posibilidad de no revelar sus fuentes al juez para proteger su anonimato, mientras que la bloguera, por la misma acción, ha sido condenada.
En Estados Unidos, al igual que en España, existe el derecho de protección de la fuente, pese a todo, el juez consideró que este derecho no podía aplicarse en el caso de Cox ya que ella no trabajaba en un medio de comunicación oficialmente reconocido, por lo que no se le atribuye la calificación de periodista, y por ello, no puede beneficiarse de dicho privilegio.
Por su parte, Crystal Cox podría recurrir la sentencia, pese a sentirse orgullosa de su trabajo, tal y como expresó tras conocerse la sentencia en el Seattle Weekly.
Conclusiones
Durante los meses que ha durado la asignatura, hemos realizado un seguimiento de las noticias que se iban publicando sobre cómo los medios trataban el tema de la crisis, algo que pese a lo que en un primer momento pensábamos, nos ha resultado muy complicado.


Es fácil encontrar noticias sobre la crisis, sobre propuestas que los medios llevan a cabo para tratar de amortiguar los efectos de la crisis, etc. Pero sobre la forma en que los medios de comunicación tratan a nuestro tema de estudio es una tarea realmente difícil.



En un principio no queríamos llevar a cabo este tipo de actividad y elegimos la otra opción ofrecida por el profesor para la realización del trabajo, pese a que finalmente se nos incorporó al periódico de clase. Tras un difícil comienzo por no conseguir buscar un enfoque que nos permitiera encontrar noticias sin problema, a diferencia de grupos que con una sencilla búsqueda tenían muchas noticias sobre las que elegir.


Ahora que podemos echar la vista hacia atrás y analizar la evolución, en cierto modo nos sentimos orgullosos de nuestro trabajo y pensamos que realmente es una actividad que merece la pena y ayuda a los estudiantes a mejorar sus propias cualidades para buscar, elaborar,... noticias. Nos mantiene de forma activa en lo que cada vez más se está convirtiendo en el medio del futuro, Internet.



Hemos podido conocer puntos de vista de personas pertenecientes del movimiento 15M, usándolo como contrapunto de las informaciones que daban los medios. Esto nos ha permitido establecer relaciones entre las noticias que los medios de comunicación ofrecen a su público y cómo ese público lo percibe. 



Muchos son los casos en los que hemos accedido a blogs de particulares en los que exponían sus puntos de vista sobre la tendencia que estaban llevando a cabo los medios de comunicación. Por ello en gran parte de nuestros artículos hemos aludido directamente a estos protagonistas, a estas personas que dan públicamente una información sobre lo que, en su opinión está sucediendo en el país, y que ponen al alcance de los usuarios.

Este tipo de blogs, en los que se aportan opiniones enfrentadas con el papel que los medios de comunicación desempeñan en estos momentos de crisis, ha aumentado considerablemente a raíz de la puesta en marcha del movimiento 15M.


En ocasiones se ha llegado al extremo de que haya personas que, percibiendo a los medios de comunicación como simples herramientas al servicio del poder político para "ocultar" la gravedad de la situación, han optado por acudir a este tipo de medios para informarse.
En nuestra opinión, los medios de comunicación deberían tener en consideración esta circunstancia ya que, de extenderse, acabaría con el significado de la profesión periodística.
Si las personas no acuden a los medios para informarse porque no creen en ellos, ¿qué sentido tiene que siga habiéndolos?, ¿qué ocurriría con los periodistas en un mundo en el que su profesión quedara completamente puesta en duda y devaluada? Por suerte aún no hemos presenciado esta extrema situación gracias a la confianza general del público, a veces confianza por inercia sin realmente llegar a creer lo que leen en el periódico pese a que lo compren.

Rubén Ciudad Sesmero y Andrea Gálvez Gavilán

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