Crisis económica. Algunos puntos para entender el
por qué
Para poder comprender
el tema que vamos a desarrollar y analizar, partiremos de una breve
introducción para situarnos.
En nuestro país
llevamos padeciendo durante varios años los efectos de una crisis económica que
muchas personas, aún hoy día, no saben cómo comenzó, ni a quien deben realmente
exigir responsabilidades.
Partiendo de la base
de que el gobierno ha dado durante todo este tiempo más de una versión sobre el
origen de esta crisis, no es extraño comprender que se haya generado una
situación de confusión que lleve al ciudadano a dejarse llevar, a mantenerse a
la expectativa de nuevos datos como un simple peón del juego, sin llegar a
disponer de la información que sería vital para tener una idea fundamentada y
con una buena base.
Una de las versiones
que el gobierno difundió como el verdadero motivo de la crisis española, fue la
consecuencia derivada de las hipotecas “subprime” de EEUU, que debido a nuestra
relación con dicho país han precipitado en ese efecto contagio que ya ha
alcanzado la calificación de “crisis económica mundial”.
Los ciudadanos que
reciben ese mensaje, tienden en su mayoría a culpar de esta situación a los
americanos, ya que se les ha colocado en el punto de partida de esta situación.
Pero si indagamos un poco más y profundizamos en la cuestión, observaremos que
este no es un tema que se genere por un caso concreto, no tiene un único
origen.
Hay que conocer todos
los factores que han intervenido, en mayor o menor medida, en este desenlace,
en la aparición de esta crisis económica, ya que solo así tendremos la opción
de llevar a cabo juicios fundamentados, sólo así podremos tener los
conocimientos necesarios para tomar partido y exigir responsabilidades.
Dentro de nuestras
fronteras, uno de los sectores que más ha facilitado esta situación ha sido el
de la construcción. Este sector ha sufrido las consecuencias de esa burbuja
inmobiliaria que durante años sirvió de negocio rentable a las empresas
constructoras, a los bancos que facilitaban préstamos de un dinero que
realmente “no existía”,… y así sucesivamente. La subida continua de los precios
hacía que su valor aumentara. Al mismo tiempo, las personas necesitaban pedir
préstamos mayores a los bancos para poder comprar sus casas. El banco, prestaba
ese dinero contando con los beneficios que recibirían de los intereses, y
llevando a cabo ese “juego de los bancos” para lograr aún mayores beneficios.
Hasta ahí, todo funcionaba relativamente bien, sin que nadie se parase a pensar
en el riesgo que estaban corriendo al aumentar la cantidad de dinero
“especulativo” que en algún momento podría ser solicitado por los ciudadanos
que en un primer momento lo habían depositado en el banco.
El ciudadano cuando va
al banco, deposita su dinero y obtiene de ese depósito unos beneficios, ya que
el banco usará ese dinero para poder invertir y obtener una rentabilidad, que
será su beneficio. Al mismo tiempo, el banco invierte ese capital en proyectos,
acciones,… que le otorgan unos intereses, y ese dinero es invertido nuevamente
en otros campos, y así sucesivamente.
El grave problema
radica en que, cuando las personas desean retirar sus ahorros en un momento
puntual, puede llegar a desestabilizar el sistema, ya que con todas esas
transacciones que se han hecho, el dinero con el que se cuenta es muchísimo más
elevado que el dinero líquido disponible realmente. Es decir, que el dinero que
se ha depositado en los bancos es muchísimo menor que el que estos han
producido con las operaciones. Han aumentado la cantidad de dinero “teórico”,
pero ese dinero no existe de forma física, por lo que si las personas perdieran
la confianza en el sistema y desearan retirar sus fondos, se encontrarían
básicamente con un cartel del tipo: “No disponemos de efectivo para devolverles
el dinero”.
Este es uno de los
puntos débiles del sistema económico actual.
No obstante, de la
cantidad que ingresan los usuarios, los bancos destinan a la inversión una
parte, y otra la mantienen como “encaje bancario” para garantizarle al cliente
la disponibilidad de su dinero en un momento dado, es decir, los bancos no
“juegan” con el 100% de nuestro dinero, sino que mantienen una reserva
destinada a nuestras necesidades, solicitud de una cantidad determinada de
nuestro dinero, etc.
Pero no sólo los
bancos han hecho que la situación económica de nuestro país cayera. Hay
sectores como el turístico y el automovilístico que han contribuido, en mucha
menor medida, a pérdidas de dinero. La reducción en la demanda de vehículos y
en el turismo han provocado pérdidas millonarias y muchos puestos de trabajo
han sido destruidos.
También es importante
tener en cuenta que hay países que se han vuelto más competitivos en algunos
campos que el nuestro, como por ejemplo Alemania, lo que ha llevado a España a
tener una menor participación en exportación/importación, y por ello, a obtener
menos ingresos de otros países.
En toda crisis hay que
tener presentes los recursos que cada país ofrece y compra a los demás, ya que
eso muestra la situación ventajosa o desfavorable que tiene ese país respecto
al resto del mundo. En nuestro caso, somos un país altamente dependiente de
combustibles sólidos como el petróleo, que es importado de otros países. Esta
dependencia de recursos que son vitales en nuestra sociedad, hace que en gran
medida, nuestra economía esté condicionada de las condiciones que se
establezcan en la compra de esos productos, ya que no podemos prescindir de
ellos, por lo que será el país que disponga de ellos quien tenga una ventaja
sobre los demás y quien marque la diferencia.
Al disponer de menos
dinero los bancos, en la actualidad ofrecen muchos menos créditos a
pequeños/medianos empresarios y familias, por lo que estos tienen aún más
problemas para poder montar su negocio, y por tanto, la economía queda
estancada. Si los empresarios no pueden obtener dinero para invertir en su
campo, el comercio no crecerá, y por lo tanto no se generará riqueza que pueda
destinarse a nuevos proyectos, y así continuamente.
La situación de crisis
actual se ve agravada por el constante y creciente aumento de población en
paro, el aumento de los despidos por empresas que, bien no pueden mantener a
toda su plantilla, bien aprovechan esta situación para recortar gastos
reduciendo su personal y así mantener su margen de beneficios.
Al destruir puestos de
trabajo se está dando un paso adelante para ahondar aún más en esta crisis.
Podemos encontrar muchas otras causas que, por separado, no
habrían derivado en esta situación, pero que de forma conjunta, y añadiéndole
los problemas económicos que se han generado en otros países de la eurozona,
desembocan en la realidad contra la que luchamos actualmente, una crisis
mundial que aún no tiene fecha de finalizar.
Los medios de
comunicación y su papel con la sociedad
Esta es la grave situación que vivimos a día de hoy, pero
mucho más grave es el tratamiento que muchos medios de comunicación están
haciendo de ella.
Los medios de comunicación, ese sector que se creó para poder
informar a la sociedad de las noticias y sucesos más importantes que se
generaban a diario, en muchas ocasiones han optado por un papel de enorme
pasividad ante este problema. Mientras que en algunos medios de comunicación la
palabra “crisis” estaba presente en cada noticia, en cada contenido, en otros
apenas era mencionada, como si no fuera una situación de crisis “real” o lo
suficientemente importante como para informar de ella extensamente.
Los ciudadanos, a diferencia de los periodistas que suelen
tener acceso a ciertas informaciones privilegiadas para poder llevar a cabo su
labor e investigaciones, tan solo pueden conocer la situación del país
acudiendo a ellos para informarse. Si los periódicos son elegidos como los
“ojos del ciudadano” para poder indagar y descubrir su origen y a los
responsables, y estos optan por una actitud poco activa, el ciudadano está
condenado a permanecer en la ignorancia.
Este poder que tienen los medios tiene un lado positivo y un
lado negativo, por lo que deberían plantearse con mucho cuidado qué papel van a
jugar en esta situación:
* Por un lado, los
medios pueden optar por no informar apenas sobre el desarrollo de la crisis,
los puntos que se van reformando para paliar sus efectos, reformas,… para dar
un clima de supuesta normalidad y evitar generar una alarma social que empeore
la situación aún más. Al mismo tiempo, están consiguiendo mantener a la
sociedad controlada para su propio interés, algo que muchos denominarían
“manipulación”.
* Por otro lado,
pueden optar por la posición contraria, ofrecer extensa información sobre todas
las medidas que el gobierno tome, sus consecuencias, a quienes afectan,
recortes,… para mantener al ciudadano informado en todo momento de cómo se está
desarrollando la crisis. Este posicionamiento cuenta con la ventaja de que el
ciudadano puede sentirse satisfecho ya que recibe información sobre lo que está
sucediendo en el país, pero al mismo tiempo juega un papel negativo, ya que el
exceso de información sobre algo tan negativo como la crisis, lleva al lector a
una situación de agotamiento y desamino que podría hacer que dejara de acudir
al medio para informarse. La saturación de información acabaría quemando al
lector.
Indignación
entre los ciudadanos
Los medios de comunicación
españoles, en concordancia con su degradación y alejamiento de la democracia en
las últimas décadas, se han cubierto de vergüenza y degradación por el papel
que han desempeñado en la gestación y explosión de la actual crisis. Han
silenciado el desastre creciente de la economía, han tapado las mentiras,
carencias y errores del gobierno y han proyectado hacia la sociedad una imagen
de normalidad y de fiesta que ha impedido a los ciudadanos ser conscientes de
que eran conducidos hacia el abismo por una "casta" política ineficiente,
arrogante y tramposa.
Han tenido que llegar las
denuncias veraces y solemnes de grandes medios internacionales para que los
españoles tomen conciencia del desastre económico de su país. Gracias a The Economist y Financial Times supimos
que Zapatero fue “un inmaduro que no dio la talla” y que “España, bajo su
mandato, se dirigió hacia el abismo”.
Casi la totalidad de los
grandes medios españoles han mentido u ocultado la verdad, que también es
mentir, traicionando su deber de informar con veracidad, olvidando su
obligación de defender a los ciudadanos y a la democracia y actuando como
cómplices de los políticos y de los poderosos que han arruinado y hundido a
España.
Los políticos, los grandes
culpables del desastre español, eran y son, sin merecerlo, las estrellas
rutilantes de la prensa, la radio y la televisión. Ver un telediario significa
contemplar un desfile brillante de políticos poderosos que exhiben poder y que
parecen gobernar una nación con tino y sin traumas, cuando la realidad es que son
mediocres que conducen su país hacia el matadero.
Si los medios han olvidado la
obligación de informar verazmente, peor todavía ha sido el incumplimiento del
deber democrático de vigilar, fiscalizar y criticar a los grandes poderes, en
especial, al gobierno. Los medios españoles, sometidos y muchas veces "empalagosos"
ante los poderosos que contratan publicidad, han soportado y difundido la
mentira del poder, elevada al rango de método de gobierno, han ocultado el
endeudamiento suicida de España, han escondido la corrupción, silenciando que
infecta al Estado hasta la médula, han desviado la mirada ante los privilegios
indecentes de la "casta", la marginación de los ciudadanos de los
procesos de toma de decisiones y otros muchos desmanes y errores que nos han
conducido hasta el dramático momento actual, en el que España es ya el gran
enfermo de Europa, un país poco fiable, incapaz de adoptar las medidas que
necesita con urgencia y en riesgo auténtico de quiebra.
Pocas líneas y pocos espacios
en los medios para cubrir el gran drama del avance de la pobreza. Insuficientes
espacios para destacar el terrible sufrimiento de los millones de parados, las
grandes víctimas de la ineficacia del poder, a los que ni siquiera se les ha
asegurado el derecho fundamental a vivir con dignidad. Los medios han dejado de
mirar hacia el ciudadano y han concentrado su atención en la "casta"
que controla el Estado, de la que esperaban y muchas veces obtenían, dinero en
forma de publicidad, concesiones de frecuencias y canales audiovisuales,
filtraciones y muchas otras ventajas, algunas de ellas inconfesables.
A cambio, esos medios han
contribuido activamente a la manipulación de los ciudadanos por el poder, han
convivido con la mentira, se han alejado de la verdad y han convertido al
ciudadano, que es el aliado natural de la prensa libre en democracia, en la
presa a la que se ha engañado y narcotizado.
Como consecuencia de esas
traiciones, el ciudadano está dejando de leer periódicos y hasta la televisión
ha sentido en sus propias carnes el descenso de una audiencia que se refugia en
Internet para encontrar allí la verdad y la decencia informativa que ya no
encuentra el los imperios mediáticos.
Como consecuencia de la
traición, el periodista es, junto con el político, el profesional más
desprestigiado de la España del siglo XXI. Hace apenas dos décadas, políticos y
periodistas eran considerados como los grandes héroes de la democracia, pero
hoy son señalados, con toda justicia, como los grandes traidores, unos por
haber hundido la democracia, transformándola en una sucia oligocracia de
partidos, y los otros por poner la información al servicio de los partidos y
haber actuado como cómplices de los políticos en el mal gobierno, el engaño, la
manipulación y la corrupción del sistema.
El papel de los medios sigue
siendo vergonzoso y traidor al ciudadano, incluso en el difícil presente de
España. Los medios, como los políticos, saben que el futuro de España está
plagado de amenazas, dramas y sacrificios, pero lo ocultan. No dicen que los
sueldos tendrán que bajar, que las pensiones también descenderán, que nos
jubilaremos más tarde y que volveremos a ser un país pobre, salvo que
consigamos cambiar nuestra sociedad como un calcetín e impongamos en nuestra
miserable cultura el esfuerzo, el respeto, el sacrificio, la decencia y otros
valores que los políticos, con la complicidad de los medios, han asesinado en
las últimas décadas.
Ni siquiera se hacen eco del
grito ciudadano que exige a los políticos que rebajen sus sueldos y renuncien a
privilegios y ventajas que no merecen y que, además, en tiempos de crisis, son
obscenos.
El silencio de los medios ante
realidades tan españolas como la injusticia, la desigualdad y el asesinato de
la democracia es de una indecencia inmunda.
Pero el asunto en el que la
traición de los medios ha sido más vil y sucia es en la degeneración de la
democracia española, convertida a espaldas de los ciudadanos en una vulgar
dictadura de partidos políticos. La democracia le ha sido arrebatada al
ciudadano y ha desaparecido de
España sin que los grandes
medios hayan dicho ni una sola palabra al respecto. La prensa, cuyo papel
en democracia es informar con veracidad y fiscalizar a los grandes poderes,
sobre todo al Estado, está comprada, alineada con alguno de los grandes
partidos y acostumbrada a mentir y a difundir "la verdad del poder",
que es diametralmente diferente a la "verdad".
La prensa cómplice y cobarde
es, después del inmenso fracaso de la "casta" política, el mayor
drama de esta España actual, colocada al borde del precipicio por un gobierno
incapaz y por partidos, tanto de derecha como de izquierda, que han traicionado
al ciudadano y a la nación, anteponiendo sus intereses y privilegios al bien
común.
El
caso de la bloguera estadounidense Crystal Cox
Durante el transcurso
del curso y la realización de las diferentes noticias que hemos ido publicando
en el blog de clase, uno de los casos que más nos ha impactado, por nuestra
relación con esta forma de comunicarnos con los usuarios de Internet, es el caso
de Crystal Cox.
Este caso nos ha
sorprendido enorme y negativamente debido a la escandalosa cantidad de la
sanción que se le exige pagar a Crox, sin tener en cuenta que no se trata de
una periodista y que una de las ventajas que ofrecen los blogs es que los
propios usuarios puedan dar opiniones sobre aquello que les despierte interés,
siempre dentro de unos límites. A nuestro parecer, no es justo que una persona,
por el hecho de ser periodista, goce de ciertos privilegios y reconocimientos a
la hora de realizar su labor de informador, mientras que, personas que realizan
funciones similares, carezcan de esa “protección”.
La bloguera Crystal
Cox escribe en diferentes blogs dedicados a asuntos legales. Durante el
ejercicio de su trabajo, fue denunciada por la empresa Obsidian Finance Group,
acusada según ellos de difundir contenidos críticos sobre la empresa y sobre su
cofundador, Kevin Patrik.
Durante el juicio que
posteriormente daría la razón a la empresa, Cox se defendió alegando que su post
sobre Obsidian era verídico, alegando que no se trataban de opiniones
personales de la propia bloguera, sino de datos que provenían de sus fuentes.
El hecho de que se
tratara de una bloguera independiente y no de un periodista afiliado a una
empresa, hace que Cox carezca de esa protección legal que los periodistas
gozan, simplemente por serlo. Este punto nos parece muy interesante, ya que se
está valorando más el punto de quién dice la información y no la información
que se da en sí. En nuestra opinión, tanto para el periodista como para el
bloguero, a la hora de dar una información hay que seguir unas pautas previas
para poder confirmar los datos y ofrecer contenidos basados en la realidad y no
en rumores o inventos de terceras personas. Por lo tanto, si periodista y
bloguero realizan ese análisis de fuentes y confirman que la información es
verídica, ¿por qué el hecho de que lo cuente un periodista hace que sea tomado
como algo cierto, y el que lo haga una bloguera hace que se considere una
difamación?
La condena de los 2,5
millones de dólares que se le obliga a pagar a Crystal Cox se derivaría de los
costes del juicio, ya que la bloguera no reveló ante el juez la fuente que le
proporcionó la información que finalmente publicó. En este caso observamos de
nuevo la diferencia que hay a la hora de informar entre un periodista y un
bloguero. El periodista goza de la posibilidad de no revelar sus fuentes al
juez para proteger su anonimato, mientras que la bloguera, por la misma acción,
ha sido condenada.
En Estados Unidos, al
igual que en España, existe el derecho de protección de la fuente, pese a todo,
el juez consideró que este derecho no podía aplicarse en el caso de Cox ya que
ella no trabajaba en un medio de comunicación oficialmente reconocido, por lo que
no se le atribuye la calificación de periodista, y por ello, no puede
beneficiarse de dicho privilegio.
Por su parte, Crystal
Cox podría recurrir la sentencia, pese a sentirse orgullosa de su trabajo, tal
y como expresó tras conocerse la sentencia en el Seattle Weekly.
Conclusiones
Durante
los meses que ha durado la asignatura, hemos realizado un seguimiento de las
noticias que se iban publicando sobre cómo los medios trataban el tema de la
crisis, algo que pese a lo que en un primer momento pensábamos, nos ha
resultado muy complicado.
Es fácil encontrar noticias sobre la crisis, sobre propuestas que los medios
llevan a cabo para tratar de amortiguar los efectos de la crisis, etc. Pero
sobre la forma en que los medios de comunicación tratan a nuestro tema de
estudio es una tarea realmente difícil.
En un principio no queríamos llevar a cabo este tipo de actividad y elegimos la
otra opción ofrecida por el profesor para la realización del trabajo, pese a
que finalmente se nos incorporó al periódico de clase. Tras un difícil comienzo
por no conseguir buscar un enfoque que nos permitiera encontrar noticias sin
problema, a diferencia de grupos que con una sencilla búsqueda tenían muchas
noticias sobre las que elegir.
Ahora que podemos echar la vista hacia atrás y analizar la evolución, en cierto
modo nos sentimos orgullosos de nuestro trabajo y pensamos que realmente es una
actividad que merece la pena y ayuda a los estudiantes a mejorar sus propias
cualidades para buscar, elaborar,... noticias. Nos mantiene de forma activa en
lo que cada vez más se está convirtiendo en el medio del futuro, Internet.
Hemos podido conocer puntos de vista de personas pertenecientes del movimiento
15M, usándolo como contrapunto de las informaciones que daban los medios. Esto
nos ha permitido establecer relaciones entre las noticias que los medios de
comunicación ofrecen a su público y cómo ese público lo percibe.
Muchos son los casos en los que hemos accedido a blogs de particulares en los
que exponían sus puntos de vista sobre la tendencia que estaban llevando a cabo
los medios de comunicación. Por ello en gran parte de nuestros artículos hemos
aludido directamente a estos protagonistas, a estas personas que dan
públicamente una información sobre lo que, en su opinión está sucediendo en el
país, y que ponen al alcance de los usuarios.
Este
tipo de blogs, en los que se aportan opiniones enfrentadas con el papel que los
medios de comunicación desempeñan en estos momentos de crisis, ha aumentado
considerablemente a raíz de la puesta en marcha del movimiento 15M.
En ocasiones se ha llegado al extremo de que haya personas que, percibiendo a
los medios de comunicación como simples herramientas al servicio del poder
político para "ocultar" la gravedad de la situación, han optado por
acudir a este tipo de medios para informarse.
En
nuestra opinión, los medios de comunicación deberían tener en consideración
esta circunstancia ya que, de extenderse, acabaría con el significado de la
profesión periodística.
Si
las personas no acuden a los medios para informarse porque no creen en ellos,
¿qué sentido tiene que siga habiéndolos?, ¿qué ocurriría con los periodistas en
un mundo en el que su profesión quedara completamente puesta en duda y
devaluada? Por suerte aún no hemos presenciado esta extrema situación gracias a
la confianza general del público, a veces confianza por inercia sin realmente
llegar a creer lo que leen en el periódico pese a que lo compren.
Rubén
Ciudad Sesmero y Andrea Gálvez Gavilán
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